VALLES Y CUMBRES

1 de diciembre de 2025 Buenas Prácticas

Pasión por la naturaleza

Empresa de turismo activo de naturaleza con sede en la Montaña Palentina que organiza rutas, actividades de montaña, naturaleza y bosque, combinando formación, interpretación ambiental y experiencia del territorio.

Objetivo de la buena práctica:

• Conectar a las personas con los montes, bosques y la cordillera Cantábrica desde una perspectiva de experiencia, formación y disfrute de la naturaleza.
• Promover un desarrollo sostenible rural vinculado al medio natural, bosque y montaña, con sensibilización ambiental, interpretación del territorio y apoyo a economías locales.

Territorio en el que se desarrolla:
Montaña Palentina, Castilla y León.

Aportación a la bioeconomía forestal:

• Fomentar el uso sostenible del entorno forestal como recurso para turismo de naturaleza, lo cual refuerza su valoración y cuidado.
• Contribuir a la diversificación económica del territorio forestal mediante servicios de naturaleza, formación e interpretación ambiental.
• Ayudar a visibilizar la importancia de los bosques y montes como parte de una economía territorial sostenible vinculada al medio natural.

¿Qué es Valles y Cumbres y qué tipo de actividades ofrece?

Soy Manu y llevo cerca de diez años con Valles y Cumbres, un proyecto dedicado al turismo activo en la naturaleza. Organizamos actividades como senderismo, trekking, observación de fauna, raquetas de nieve o cursos formativos. Trabajo en la zona de La Peña, un entorno perfecto para disfrutar del medio natural de forma tranquila y auténtica.

¿Qué diferencia a Valles y Cumbres y cómo es tu día a día como guía?

Intento trabajar siempre desde el ecoturismo real: caminando, sin depender de vehículos a motor que alteren el entorno. Me interesa que la gente viva una experiencia auténtica y no solo que consiga la “foto perfecta”. La fauna debe observarse sin interferir en su vida. Después de cada avistamiento suelo hacer rutas interpretadas para conocer el hábitat, la vegetación o la etnografía de la zona.
Mi día a día es muy variado: trabajo mucho aquí, pero también me desplazo a otros lugares cuando me lo piden. Eso me obliga a estudiar mapas, especies y recorridos nuevos, y me hace crecer como guía.

¿Qué te motivó a emprender esta iniciativa en un entorno rural?

Sobre todo, el amor por la montaña y la naturaleza. Es un trabajo duro y no es un negocio en el que te hagas rico, así que tiene que apasionarte. Además, crecí con esa afición gracias a mi padre y necesitaba un cambio de vida, una salida a un ritmo más natural. Vivir cerca de las montañas y trabajar como guía era la opción que mejor encajaba conmigo.

¿Qué beneficios y qué retos supone emprender en el rural?

A nivel personal te mantiene en forma y con la mente muy activa, porque cada día organizas actividades muy distintas. Como trabajo solo, tengo que estar muy ordenado y preparado.
En cuanto a retos, uno importante es el riesgo de incendios, que puede cambiar por completo la actividad económica de un territorio. También la burocracia, que muchas veces no se ajusta a la realidad rural y dificulta el trabajo diario. Y por supuesto, ser autónomo en el monte te obliga a ser “hombre orquesta”.

¿Cómo contribuye Valles y Cumbres a la bioeconomía local?

Lo primero es formar parte del territorio: vivir aquí, cotizar aquí, comprar aquí y crear comunidad. Aunque no mueva grandes volúmenes de gente, cada visitante suma para los alojamientos, restaurantes y comercios del pueblo.
Además, mi labor como guía implica educar: explicar normas básicas del monte, del mundo rural, la importancia de no dejar residuos, de respetar el ganado o de entender los riesgos como los incendios. Enseñar es también una forma de proteger el entorno.

¿Qué valores aporta el turismo sostenible?

A mí me permite vivir en el territorio, y a los visitantes les aporta conocimientos y una conexión real con la naturaleza. A nivel económico ayuda, pero sin idealizar: el turismo no puede ser la solución única para la despoblación. Es un sector más que convive con otros como la ganadería.

¿Qué consejo darías a quien quiera emprender en el mundo rural?

Que tenga claro que el rural no es tan idílico como se imagina. Hay que ser muy despierto, formarse, leer, tener nuevas ideas y estar dispuesto a trabajar mucho. Aquí hay frío, soledad y una vida muy distinta a la ciudad. Si sabes a qué vienes, te gusta la montaña y estás dispuesto a darlo todo, entonces sí, puedes encajar.